Me quiero comer a «mi amigo» y el aparenta no querer AUXILIO!

La historia comienza de la siguiente manera… soy universitaria llena de mucha curiosidad sexual y ganas de estar con alguien que satisfaga mis más profundos e irracionales deseos sexuales, alguien que me de ganas con solo verlo, de comernos en todo el sentido de la palabra, he ahí el problema, pocas personas producen eso en mí. Mido 1.63, tengo un gran culo y unas tetas pequeñas pero con buena forma, mucha pierna y cadera que hacen que por donde pase la gente se queden mirando y una carita que todos califican de picara. Nunca he tenido que pedirle a un hombre que se acueste conmigo, las propuestas generalmente a las mujeres nos sobran, de hecho era algo que jamás se me había cruzado por la mente pero al parecer para todo hay primera vez.

Conocí por muchas casualidades de la vida a un chico que desde el primer momento en que lo vi lo único que se me cruzaba por la mente era comerme esa boquita, con el tiempo empezamos a salir y una de esas tantas salidas a rumbear tuvimos un roce medio sexual. Les cuento… llegamos al bar, yo tenía una faldita muy cortica que hasta creo se me alcanzaba a ver el culo, nos sentemos en una mesa y empezamos a hablar de infinidad de cosas, a nuestra mesa llegarón más amigos y en un momento empece a sentir el efecto del alcohol por mis venas y mi vagina gritando el querer que este hombre (mi amigo) me penetrara o metiera su delicioso pene en mi boca, las ganas se me notaban en la cara, no quería verme muy desespereda así que empece a hablar con todos mis amigos para despejar la mente, en un momento de la noche con las ganas dandome vueltas en la cabeza decidí sentarme junto a mi amigo que estaba hablando con otro parcero, su conversación estaba un poco tediosa y mis ganas ya se estaban apaciguando hasta que sentí una mano tocando mi rodilla, no quise mirar a mi amigo pensando en que era una muestra afectiva de amistad, él siguio subiendo su mano por mi entrepierna con ligeros roces provocandome cosquillas que llegaban hasta mi clitoris, siguio ahí un buen rato hasta que agarro mi entrepierna con fuerza dandome a entender que las ganas no solo las tenía yo, todo esto mientras hablabamos con su parcero, siguio subiendo su mano hasta llegar a mi vagina, el movimiento en seguida fue correr mi tanga para poder tener libre acceso y meter sus dados en la profundidad de mí dandose cuenta de la humedad y de mi clitoris totalmente erecto, el parcero se retiro y mi amigo me dijo al oido «quiero meterte mi verga en la boca, quiero penetrarte ya» yo estaba tan desesperada de que pasara que lo único que se me ocurrio fue ir al baño a quitarnos las ganas que pesaban en nuestros cuerpo, desafortunamente el baño estaba demasiado lleno e iba a ser obvio para todos con los que estabamos que nos estabamos comiendo así que le dije que disfrutaramos del rato y que en otro momento llegaría la hora de desquitarnos, empecemos a bailar sexualmente, a besarnos y a tocarnos en cuanto pudiesemos, se acabo la noche y mi amigo decidio irse para su casa, igual que yo. Tenía fe de que después de todo esto pudieramos concretar toda la situación pero al parecer lo que paso en ese bar solo fue efecto del alcohol, mi amigo salio con que le daba miedo tirarnos la amistad y dejamos de hablar del tema. Hablamos constantemente de sexo pero no quiero volver a insinuarle y estoy empezando a pensar que las ganas se me notan un monton, en realidad lo veo y ya me estoy humedeciendo, me roza o me toca en cualquier lado de mi cuerpo por más inocente que sea y ya mi vagina empieza a humedecerse y a solicitar de manera urgida que él meta su pene en mí ¿QUÉ HAGO?