A pesar de que estoy lejos, no he dejado de leer una y otra vez sus relatos, sus recuerdos, sus ganas y sus ansias de tener mi verga adentro y poderla humedecer con sus jugos cuando se chorrea sobre ella, recreo cada escena en mi mente y recuerdo con detalles muchas de las folladas que pasaban en su cuarto, en su cama, hasta en la ventana, cuando una vez de pie la puse en el ventana de esa habitacion asomando sus deliciosas tetas y dejando escapar esos gemidos que muy seguramente se encuchaban en la calle y quizás algunos vecinos tuvieron la oportunidad de escuchar su placer mientras yo la penetraba fuerte, mientras sentía sus orgasmos y me mojaba con sus squirts, chorros de su leche que bajaban por sus muslos y piernas hasta llegar al piso de ese lugar, el olor a sexo y el sudor mezclado con la adrenalina de ser observados desde la calle aumentaban la firmeza de mi verga y las ganas de clavarla una y otra vez hasta poder derramar mi leche y mezclarla con la suya para terminar tendidos en la cama con las piernas temblorosas y el delicioso placer de haber podido satisfacerla nuevamente y sentir esos chorros que tanto me gustan.