Carne

Confieso delante de ustedes, audiencia erótica, soy amante del sexo, de todo aquello que representa, de las maneras de hacerme llevar a otras dimensiones; la siguiente historia versa entre la fantasía y la realidad, realidad de encontrar en cuerpos ajenos esa dicha que me falta, y fantasía de evocar en mi memoria esos momentos como si fueran eternos; recuerdo vividamente aquella vez, en aquel lugar de la 63, los incontables gritos de placer generados allí, cual sonido de sinfónica saliera de su boca, la misma que deleitaba cada rincón de mi piel, ella besaba la yema de mis dedos, luego procedía a recorrer su humanidad como concertista clásico, en cada una de sus partes, en distintas tonalidades; acto seguido, escalaban mis manos por las monumentales montañas de sus senos, tal como águila cazadora llegaba mi lengua a la cima, el festín continua...