Déjenme contarles que me encantan las mujeres, aunque a pesar de todo, ya antes pensaba y sentía cosas raras, miraba las películas porno y miraba como las mujeres disfrutaban tanto de un buen sexo que me fui aficionando a ella, miraba las diferentes formas, larga, gruesas, cabezonas, como las mujeres se derretían ante ella, y sucedió que un día en los baños sauna a los que acostumbro ir a darme un vapor, entró un tipo de mediana estatura, de mediana edad pero que Dios mio !, tenia entre las piernas algo que de verdad era digno de elogiar, aun así relajada, se veía formidable, buen cuello y se le adivinaba una hermosa cabecita.

Bueno, para no hacerla tan de episodios, les diré que cuando el tipo se retiró, lo seguí a su vestidor privado, el ya me había visto en el vapor, modestia aparte tengo buen trasero y buenas piernas,

Me incorporé e hice como que caminaba dentro del vapor, modestia aparte, en ese entonces a mi edad de 30 años estaba de no mal ver, piernas frondosas y unas nalgas carnosas bien acinturado, me pase varias veces frente al tipo, notando que de reojo me miraba las nalgas, así que sin mas, me senté a unos metros de él diciendo:

-- un poco de calor no ?

-- si, bastante rico, respondió.

Cuando se incorporo a darse fresco en la regadera, corroboré lo dicho, el tipo merecía un elogio por lo que tenia entre las piernas, cuando se lavaba yo me pasaba la lengua en los labios imaginando cosas.

Cuando regresó a sentarse, yo buscaba cualquier tema para darle charla, cosa que recibió de buen agrado, hasta que en un momento dijo que se retiraba, a lo que conteste que estaba bien.

Yo estaba bastante nervioso, y no sabia si seguirle o no, finalmente me decidí y miré que se dirigía a los vestidores personales. Sin que mirara donde se metió recorrí el pasillo mirando y por fin en la puerta entreabierta miré que se secaba con su toalla.

Dominado mis nervios entré, el me miro sorprendido y sin mas me acerque y le dije asi abiertamente que tenia una verga muy rica y que si no le importaba se la quisiera agarrar.

No solo se la agarré, me tenia de rodillas dándole una rica mamada y al final me tenia en cuatro, dándome unos empujones de alarido. Fue la primera vez que me enamoré de una verga y aunque me duró un día completo la diarrea y 4  el dolor del ano, no me arrepiento de esa experiencia.

Lo que luego si me arrepentí fue de no pedir numero o algo donde buscarle, ya no le ví mas.

he probado mas, pero como el primer amor no se olvida.