Saludos a todas y todos.

Tengo 29 años, soy hombre, resido en Ecuador y mis conocidos me llaman y conocen por el apodo de "Palito", ya que desde que ingresé a la adolescencia físicamente tengo la masa corporal de una rama flores.

Hoy quiero compartir con ustedes mi primer acercamiento al sexo, que cuando sucedió no sabía que eso era sexo, pues en esa época era muy inocente de esas cosas.

Hace unos meses estaba hojeando el albúm de fotografías que conserva mi mamá de la infancia mía y de mi hermana Liliana, ella, un año menor a mi y observaba allí cuando mi hermana y yo jugábamos en el patio de nuestra antigua casa, de nuestros juguetes, de nuestros primeros días en la escuela con nuestros uniformes, algunas fotografías allí nos muestran con nuestras primas y primos de edades cercanas. Entre esas fotos que observaba, hay una en la que mi hermana y yo nos bañábamos en el patio de la casa en ropa interior, ella en calsones blancos y yo en calsoncillos negros, muy felices con esa agua, creo que en esa fotografía debíamos tener 8 y 9 años respectivamente. A mi mente, mientras observaba esa fotografía en particular, llega el recuerdo de lo que mi hermana y yo, a esa edad y con la inocencia que caracterizaba, de las veces en que luego de bañarnos juntos por largo tiempo, en especial cuando nos dejaban solos, pues nosotros nos portábamos bien y nunca dimos motivos para que todo el tiempo nos vigilaran los adultos, mi hermana y yo salíamos del patio o de la ducha que estaba cruzando el patio de nuestra casa, desnudos aveces, luego de dejar nuestra ropa interior húmeda en un balde para que luego mamá los lavara cuando ella llegara de hacer sus diligencias o de charlar largas horas con las vecinas. En ocasiones salíamos de bañarnos con una toalla pequeña que no lograba cubrirnos completamente a juntos y pues yo siempre me iba a bañar sin la toalla con tal de que regreso a nuestra habitación mi hermana tuviera que compartir su toalla conmigo y venirnos pegados, yo detrás de ella totalmente desnudos y con lo que la toalla cubriera, mientras jugábamos al trencito.

Al llegar a nuestra habitación compartida, cerrábamos la puerta con seguro y nos secábamos bien, mi hermana observaba mi cuerpo desnudo y yo el de ella, acto seguido, Lili se acostaba boca arriba con sus piernas blancas abiertas y yo me inclinaba a explorar su almejita rosadita en sus pequeños labios superiores y rojo intenso a medida que abría su interior. Jugábamos a que ella era la mamá y yo un bebé que se amantaba de ella, pero pues obviamente mi hermanita a esa edad no tenia senos, así que lo simulábamos con su conchita. Pasábamos el tiempo desnudos sobe la cama de Lili jugando, mi hermanita muy juiciosa y quita se quedaba mientra yo pasaba mi lengua en sus íngles y en su vaginita aún de bebé, alcanzo a acordarme que me gustaba su olor en esa zona del cuerpo de mi hermana, hacíamos ésto sin saber que eso era sexo, lo hacíamos con algo de complicidad sin que nuestros padres o algún adulto lo supiera pero lo disfrutábamos. Lili también se cambiaba de posición y me obligaba a acostarme boca arriba y ella se subía sobre mi cuerpo trigueño y me daba varios besitos en la boca, ella me abrazaba y abría sus piernas quedando sus blancas nalguitas mirando hacia el techo de nuestra habitación. Lili en ocasiones besaba mis trigueñas nalgas y recuerdo de algunas veces que ella me daba el beso negro algo que me gustaba por el calor de su lengua en esa parte de mi infantil cuerpecito. Yo también exploraba, en algunas ocasiones el ano de mi hermanita y le daba besitos, todo esto sin saber que lo que hacíamos era sexo, o mas bien nuestros primeros pinitos en las prácticas heterosexuales.

Hicimos este ritual durante unos meses y en oportunidades en que quedábamos solos en las tardes en nuestra casa, ya que el característico clima caliente de nuestra municipalidad nos obligaba a ducharnos en las calurosas tardes.

Conservamos siempre este secreto entre hermanos, esta fue mi primera vez que tuve contacto con una vulva, con la suave piel blanca de mi hermanita que acaricié cuando ella se acostaba sobre mi cuerpo y sus besitos hacía mi.

Ahora cierro ese albúm de fotografías y recuerdo con gran nostalgia que "todo tiempo pasado fue mejor", gracias a mi hermanita y a la complicidad que había entre nosotros nunca se supo esto, o por lo menos yo lo cuento y confieso sólo hasta este momento en la anominidad.

Esto era lo que quería compartir con ustedes desde hace mucho tiempo pero mis actividades en el trabajo y responsabilidad con la familia que he conformado no me lo habían permitido.

Espero que se lo hayan disfrutado tal como lo hice mientras redactaba, queriendo saber en sus comentarios sus opiniones s obre el mismsmo y que me compartan sus experiencias con el sexo en la infancia, si es que lo hubo.