Siempre me ha acomplejado mi cuerpo porque soy muy gordita. Tengo 26 años. Había tenido un par de novios, pero nunca quise intimar con ellos, por lo que al poco tiempo terminaban conmigo.
Hace un tiempo me hice un perfil en tinder. En lugar de ocupar mi foto puse las de una niña que encontré por instagram. En el momento en el que lo hice no pensaba llegar a concretar una cita con nadie, pero pasó que hice match con un niño de 19 años que me encantó. No era especialmente guapo, pero sí muy entretenido e inteligente. A las semanas de hablar me invitó a su casa. Quería ir, así que tuve que contarle que había usado fotos falsas. Le mostré mis verdaderas fotos. Me confesó, muy honestamente, que no le gustaba y que se sentía dolodo por mi mentira, pero que si quería igual podía ir esa noche a su casa para que nos acostáramos, porque iba a estar solo.
Me lo pensé un rato. La situación me conflictuaba. Yo era viegen. Él había admitido que no le gustaba. Pero estaba tan caliente que igual fui.
Llegué a su casa. No hablamos ni un par de minutos y empezamos a besarnos apasionadamente en su cama. Todo fue tan lento y delicado. Lamio todo mi cuerpo con avidez. Me hizo sentir tan cómoda. Le di una mamada. Quiso penetrarme, pero eyaculó mirntras se ponía el condón. Me confesó que era virgen. Siguió lamiéndome. Volvió a intentarlo y esa segunda vez duró unos diez minutos. A los dos minutos ya me dolía, pero lo veía tan extasiado que no quería decirle que parara. Me gustaba tanto que gozara con mi cuerpo. Estuvimos despiertos toda la noche y lo hicimos unas diez veces. Al otro día me fui mientras él dormía. Todo eso pasó hace como un mes, y desde entonces no hemos vuelto a hablar. Cada día pienso en escribirle para proponerle repetir la experiencia.