Después de mucho desear, el llegó a mí, teníamos 15 y el 18, fue el primero en mi vida, tuvimos un noviazgo largo, en el cual experimentamos de todo. Sin saber mucho nos iniciamos en el fisting. Soliamos tener las tardes después del colegio para ir a mi casa y arruncharse con toda la intensión de sentir su pene presionando en mi cola, así nos excitabamos para luego ir por más. Una tarde de esas tuvimos la oportunidad de quedar totalmente solos, así que comenzó como siempre arrunchados en cucharita, luego tocandonos, besandonos, mordiendonos, lamiendo nos fuimos desvistiendo hasta quedar desnudos, en ese momento yo tenía tantas ganas que sentía el palpitar en mi vagina y al parecer el también porque su pene estaba bien erecto y grueso (se veían todas sus venas) suavemente el se recostó boca arriba y yo me di el placer de masturbarlo con mi mano mientras lo iba lamiendo y besando por todo su pecho, lo cual hizo que si piel se pusiera de gallina y deseara que se lo chupara. Asi fue, no sin antes poner mí vagina mojada y deseosa en su cara. Estuvimos un rato así hasta que llegó su chorro caliente a mi boca (el cual trage sin dejar una sola gota) no sin yo haber tenido ya mi orgasmo. Me recoste para retomar aquí llegó el momento de la penetración, yo levanté mis piernas hacia su pecho para dejar toda mi vagina expuesta y tener una penetración profunda, está es una de las posiciones que más me gustan, sin dejar de penetrar mordia mis tobillos y pellizcaba mis piernas y pezones, decidimos cambiar de posición y empezó a masturbarme, dándome mucho placer, yo solo me retorcia y así sin más le pedí su mano en mi qk, sabiendo que no iba a tener problema de lubricación porque estaba hecha un mar, empezó con dos dedos, haciendo círculos tratando de abrir campo, así llegó el tercero y el cuarto, ya me sentía ansiosa de tener su puño dentro, sentí entrar su dedo gordo, y como se movía dentro de mi empujando con sus dedos abriendo campo para más. En un momento sentí una fuerte presión su mano completa hasta la muñeca acariciando mi ser, debo confesar que sentí un poco de dolor mientras mi pequeña vagina se acostumbro, podía sentir mucha presión en mi pubis, pero ver esa cara de placer, esa verga parada y gruesa y su deseo de hacerme venir me hizo sentir de lo mejor, podía ver cómo entraba y salía su puño empapado de mi, sentía el palpitar de mi vagina y como apretaba mis muslos tratando de retener su mano, fue inminente mi orgasmo, me retorci de placer cogiéndo su brazo para que se quedará así, sin saberlo habíamos tenido la mejor tarde de sexo, iniciandonos en el fisting, práctica que ejercicios durante algunos años más.