Hace unos años tuvimos una conversación sobre un juguete sexual que él le iba a regalar en ese momento a su novia. Ese día senti un corrientaso en el cuerpo que no pude explicar, hasta me dio envidia de que mi esposo no me hiciera ese tipo de ragalos.

Años después, ya ambos casados coincidimos nuevamente hablando de temas sexuales, terminé sincerándome sobre la falta de sexo con mi esposo, confesando algunas fantasías y charlando sobre como había cambiado; mi forma de pensar respecto al sexo desde hace unos años.

Esa conversación dio pie para que empezaremos una extraña charla por chat, en la que me dijo que me tenía un regalo y a medida que acababa la noche y amanecía, el tema se hacía más interesante y excitante. Me confesó que una vez que nos quedamos en su casa tuvo la oportunidad de oler mi ropa interior y le había gustado mi olor y recordé la sensación que tuve en aquella conversación años atrás. El chat culminó cada uno masturbandose, dejándose llevar por la fantasía, el morbo, la locura.

Ese fue el inicio de una extraña complicidad y de un acercamiento mayor al que hemos tenido en más de 15 años que nos conocemos.

El día que me entregó el regalo estaba muy nerviosa, una cosa era un chat pero verlo y tenerlo al lado alborotó mis sentidos . Mi regalo era unos huevos vibradores, en nuestra anterior charla había mencionado que quería empezar a experimentar con juguetes y pues él; resultó ser una persona que presta atención a los detalles más pequeños y me dio el mejor regalo que hasta ese momento había considerado yo que había recibido. Pregunté como se usaba y él; lo puso a vibrar y lo acercó a mi vagina encima de mi pantalón; sentí una explosión en mi interior que tuve que dar las gracias y salir corriendo. Llegué a mi casa y no podía creer como me había puesto, con ese simple acercamiento me habia excitado de una forma que hace años no experimentaba.

Por nuestra relación nos vemos muy seguido, pero empezamos a buscar espacios para vernos a solas, nuestras conversaciones por chat eran demasiado calientes, atrevidas; fue tanta la complicidad que adquirimos que nos convertimos en ese par de amigos con el que hablas tus problemas y hasta consejos para reactivar la parte sexual en mi matrimonio me dio. Ambos teníamos conflictos morales por nuestra condición de casados y nuestra estrecha relación con nuestras parejas, pero al mismo tiempo queríamos experimentar y dejar volar esa chispa de deseo que había cada vez que nos veíamos. Sólo necesitaba un beso suyo para empezar a lubricar y que esas ganas reprimidas de explotar salieran a flote.

En mi matrimonio hace muchos años que la parte sexual dejo de ser divertida, atrevida y excitante. Incluso llegue a pensar que era frigida, que tenia problemas de lubricación y que no era capaz de tener más de un orgasmo, pero este hombre hizo que eliminará esos pensamientos y logró que tuviera los mejores orgasmos de mi vida, lo bautice como el rey del sexo oral, aún no me creo lo que esa lengua me hace sentir, como me hace gemir, como me lleva al éxtasis.

De las cosas que más extrañaré será esa cadena de explosiones que sentí las veces que nos encontramos. Con el tuve varias primeras veces, hice cosas que nunca imagine hacer pero que me gustaron; quería seguir experimentando el mundo del placer, seguir descubriendo sensaciones, haciendo nuevas cosas, incluso hablábamos de ir a un laboratorio de Lincy, decíamos "eso es la locura". Hablar con él es una delicia, no tengo problemas para decir las cosas, y él es un arrecho a flor de piel lo que hace que una simple conversación sea excitante.

No era una cuestión de amor, era simplemente sexo, y que buen sexo. Pero pesa mucho más los lazos que nos unen y los compromisos que hemos adquirido; nuestras parejas no lo verían con buenos ojos, aunque incluso hasta fantasiabamos hacer un trío con su esposa.

Quisiéra que sigamos siendo amigos, cómplices y confidentes, pero no se que tan complicado sea lograr que no haya contacto sexual entre nosotros, pues no podemos negar que hay demasiada chispa, química, libido entre nosotros.