Era una tarde de octubre, húmeda y sombría, por esos días solía oscurecer más temprano de lo habitual, ella siempre había estado en mis pensamientos desde aquellas conversaciones prolongadas que nos hacían pasar noches completas en un estado de trance, compartiendo experiencias de la vida y pensamientos profundos de todas las situaciones posibles; pero ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos y los recuerdos eran cada vez dispersos, en ese momento ella era solo eso, un lindo recuerdo!
Como de costumbre fui a frecuentar el viejo bar de la avenida en el que buscaba escapar del estrés diario que producía el trabajo, sin imaginar que en ese lugar la encontraría nuevamente, yo estaba en la barra tomando una cerveza y ella sentada al otro extremo del bar junto con una de sus amigas de la universidad, al notar su presencia no pude resistirme, mi cuerpo quedó congelado, mis manos empezaron a sudar, y mis ojos saltones e inquietos buscaban de alguna forma poder hacer contacto con los suyos, termine de un empujón mi cerveza, respire profundo y con el valor que da un poco de alcohol en la cabeza me dirigí hacia ella, era una oportunidad que no podía desaprovechar...
Al llegar hasta su mesa la saludé con una sonrisa nerviosa y ella gratamente sorprendida me invitó para que la acompañara, algo había cambiado en la expresión de su rostro, la inocencia había pasado a un segundo plano y ahora su sonrisa pícara y maliciosa me permitía imaginar que esta noche sería inolvidable.
Sentado frente a ella pensaba que estaba más hermosa de lo que la recordaba, traía puesto un vestido fucsia de escote prolongado, corto, que permitía apreciar sus piernas, y en mi mente se creaban pensamientos tan perversos que me sonrojaba cada vez que ella me miraba a la cara.
De repente a su amiga le sonó el teléfono celular y tubo que dejarla con migo, porque se le había presentado algo muy importante, parecía que el universo conspiraba a mi favor y eso a ella parecía agradarle. Al quedarnos solos en el bar debido al ruido de la música decidí correr mi silla hacia la suya para poder conversar más agusto y acercándome a su oído le susurre que era la mujer más hermosa del lugar y que me sentía muy feliz de poder tener su compañía, ella acaricio mi entrepierna y me dijo "tu tampoco estás nada mal" sus palabras llenas de picante me hicieron exitar a tal punto que rápidamente fue notorio mi pene creciendo debajo de mi pantalón, apesar de estar apenado no hice el menor esfuerzo por ocultar mi erección y ella al darce cuenta apretó sus labios y cruzó sus piernas insitandome a tomar la iniciativa, sin pensarlo mucho empecé a acariciar una de sus piernas desde la rodilla, pasando mis dedos suavemente en forma cariñosa y subiendo mi mano poco a poco hasta meterla bajo su vestido, ella no opuso resistencia porque parecía disfrutarlo igual que yo, continue subiendola hasta que pude tocar los suaves y tibios labios de su vajina, note cuan exitada se encontraba por la humedad que pasaba la tela de su ropa interior y se imprecnaba en mis dedos, la roze por unos minutos con movimientos muy delicados pero constantes deje que uno de mis dedos entrará y saliera en repetidas ocasiones de su vajina hasta que ella no aguanto más y luego de besarme apasionadamente, me dijo que debíamos buscar un lugar más cómodo así que salimos muy a prisa del bar y tomamos un taxi que bajaba por la avenida, dentro del auto camino al motel más cercano, sólo pensaba que una de mis fantasías sexuales del pasado estaba cobrando vida, aunque antes tenía una imagen más tierna e inocente de ella en un par de ocasiones me la había imaginado desnuda empapada de sudor teniendo sexo desenfrenado con ella, pero esta vez era real...
Al entrar en la habitación los nervios se apoderaron de mí, era extraño, tenía bastante experiencia en relaciones sexuales pero esta vez todo fue diferente, ella se dejó caer de en una cama amplia de sábanas blancas y me hizo una seña con su mano invitandome a subirme encima de ella, y así lo hice, la luz era tenue, yo empeze a besarla en el cuello y muy lentamente le quite aquel sexi vestido, la despoje de su brasier y pase mi lengua por sus rosados y duros pesones tenía unos senos hermosos y yo disfrute besandolos, lamiendolos, acariciandolos, mis besos fueron descendiendo por su abdomen, besé sus caderas, su pelvis, con mi lengua conocí su clítoris, lo chupe y era delicioso sus fluidos se esparcian por mi cara, se escapaban de mi boca y ella gemía de placer tomandome fuerte del cabello, gemía cada vez más duro sin importarle que sus sonidos abandonaran la habitación traspasado las paredes, hasta que me suplico que por favor le metiera mi pene con fuerza y le diera muy duro; así que se arrodilló y puso su cara pegada a la cama dejando su vajina al descubierto elevada a lo alto la tomé por las caderas y con mi mano derecha acomode mi pene hasta que encajara perfectamente y con un gran impulso se lo empuje hasta el fondo y lo continue haciendo con muchas ganas, mi pene se deslizaba sin ningún problema porque su vajina estaba demasiado mojada; la coji del cabello y le di una palmada en la cola para indicarle cambiar de posición entonces se dio la vuelta y subió sus pies hasta mis hombros, era una mujer muy flexible y extremadamente candente sus movimientos circulares lograron producir mi orgasmo y cuando ella noto que estaba cerca de venirme saco mi pene y empezó a besarlo deseando con ansias que saliera el semen en un chorro que llenará su boca y eso no tardo mucho en suceder, ella disfrutaba saboreandolo y se trago hasta la última gota.
De repente sonó su celular y para mi sorpresa respondió de una forma muy cariñosa diciendo "hola amor" hablo un par de minutos se vestido de prisa y me dijo, "lo siento me tengo que ir, alguien me espera".
Yo no podía entender lo que pasaba y con un beso tierno se despidió y me dejó ahí, en aquella habitación que había sido testigo de aquella demostración de placer y deseo consumado.