Resulta que hace aproximadamente 6 meses, me entró una curiosidad inmensa por la sumisión, el BDSM, sadomasoquismo etc, siempre que veía relatos, fotos o videos respecto a esto me excitaba montones así que empecé a desear vivir esta experiencia con alguien, un día encontré a alguien por medio de una red de este tipo que estaba dispuesto a hacer realidad mi fantasía, se miraba bastante atractivo físicamente, no sé su edad pero por lo visto tenía unos 35 (yo tengo 18) ojos verdes, barbado y aparte era un hombre que jamás pensarías que le pudieran atraer estás cosas.

La cosa empezó y el me recogió en mi casa, salió del auto y me dio un beso apasionado, yo tenía un corto vestido y mientras me besaba me agarro la nalga, pero después se acabo el momento romántico y me ordenó que para subir a su auto debía quitarme mi tanga, de lo contrario no podría subirme. Yo aterrada no sabía qué hacer me daba miedo que alguien me viera pero para mis adentros sabía que eso me excitaba mucho. Así que lo hice, me quite la tanga y se la entregue, me subí a su auto y me llevó a un motel. Allí pasó algo que no me lo esperaba, me empujó fuertemente contra la puerta de su casa y me agarró del cabello mientras me propiciaba algunas cachetadas. Al tiempo me iba diciendo algunas ordenes

-Haber puta si quieres que te haga mia, debes seguir ciertas órdenes, primero debes llamarme amo, jamás dirás que no a nada que te pida, si lo haces te castigaré tan fuerte que jamás lo olvidaras, debes quitarte toda la ropa siempre que entres a esta casa y caminar en cuatro patas como la perra que eres, vas a ser mi perra esclava y harás todo lo que yo te diga sin importar qué, entendido?

-Si- Dije.

-Si qué hija de puta?- me propicio una gran bofetada

-Si amo, haré lo que me pidas.

-También deberás agradecer cada castigo que te propicie por tu educación, te puedo castigar con o sin motivos y nada me lo impedirá.

-Si amo.

Empezo arrancarme la ropa de manera brutal, igual solo tenía unos tacones, vestido y sostén, mis tangas las tenía el. Abrió la puerta y me puso en cuatro patas. Tenía una casa fabulosa, se notaba que tenía bastante dinero pues era espaciosa y muy lujosa.

Al lado de la puerta tenía una mordaza con una enorme bola roja en medio, me la puso y empezó a halarme del pelo mientras yo andaba en cuatro, tomó un fuete y empezó a nalguearme mientras me decía:

-eres una mala puta, zorra estupida, por qué no me agradeces por haberte dejado entrar, zorra. Te castigaré hasta que aprendas. Yo empecé a llorar pero no podía dar vuelta atrás al menos por ese día porque yo misma me lo había buscado.. si les interesa les seguiré contando lo qué pasó los otros días..