Tuve una polola a la que le encantaba masturbarme y chupármela. Lo hacía con dedicación y le excitaba mucho. A veces me pedía que la dejase mamármelo mientras yo trabajaba en el computador. También disfrutábamos que me lamiese el culo y que me metiera los dedos. Me acariciaba y me lamía todo el cuerpo. Nunca me permitió, sin embargo, tocarle las tetas ni la vagina, ya que le traía recuerdos de cuando su padrastro se aprovechaba de ella. Ni siquiera me dejaba mirarla desnuda. Solo le toqué la vagina con el pene, cuando la penetraba. Y lo hacíamos mucho, varias veces al día, aunque siempre sin que ella se quitase la falda, o tapándose con una sábana.

Ahora tengo una relación sexoafectiva con una amiga. Nada oficial. En contraposición a mi ex polola, ella dice que no le gustan los penes. Me lo ha chupado y me ha masturbado, pero solo un par de veces. Sexo con penetración solo tuvimos una vez, y se sintió incómoda a la mitad. En cambio, le encanta que la toque, que la masturbe, que le meta los dedos en el culo que le lama las tetas, la vagina, las axilas, los pies, el culo. Que le acaricie la espalda. Que le bese el abdomen, que le bese la boca. Que le haga varias de esas cosas a la vez. A veces lo hago masturbándome y es realmente rico, porque ella es hermosa. Otras veces simplemente se pasea por la casa desnuda para que yo la contemple.