Tengo 22 años, delgada y consideró que agraciada pero no tanto como muchas niñas de la universidad. Pasaba por momentos complejos con quien para entonces era mi pareja, por eso decidí que era mejor no seguir con la relación. Muchas veces comentábamos entre amigas lo guapo que era el profe, sólo que era algo presumido, muy inteligente (algo que me atrae full), muchas veces algo morboso, y obviamente mayor (alrededor de los 40's). No sé si era su presencia, pero me atraía de cierta forma. Todos juntos con él estábamos en un grupo de whatsapp para que nos enviará información respecto a la clase, por eso todos conocíamos su número de contacto. Un día supe que estuvo algo enfermo por lo que quise escribirle, el inicio a responder primero como docente pero luego de forma coqueta. Quedamos en vernos para tomar un café, efectivamente nos vimos, y fue algo más de personas que se gustaban, él se portó como todo un caballero. Seguíamos viendonos y ya a la segunda cita nos besábamos, parecía un adolescente. Luego de unas citas más ocurrió lo que debía, tuve el mejor sexo de mi vida (dulce pero apasionado y con interés de satisfacerme antes que él lo que aún me encanto más de él). Los siguientes encuentros fueron más eróticos, me esforzaba por darle las mejores pajas, el mejor sexo oral y el me compensaba de la misma forma, lo cabalgaba mientras lo miraba, y era aún mejor cuando me penetraba mientras yo estando en cuatro. Todo terminó hasta que no pudimos vernos más. Mis horarios se tornaron algo más difíciles, pero intentábamos vernos. Admito que me hace falta y más aún saber que yo a él. Es divorciado, me propuso que pasará más tiempo de calidad con él en su casa, pero por ahora no era la mejor opción... el tiempo dirá las cosas. Seguimos hablando y esperando el día de volvernos a ver.