Lincy Acosta

AL COMPAS DE NUETROS CUERPOS Y EL ROCIO DE UNA NOCHE ESTRELLADA.

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Ene 12, 2021 10:41 PM 0 Answers
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Aún puedo escuchar la lluvia armonizar el compás de nuestros cuerpos, las ventanas se empañaron con el sudor que emana nuestra pasión, el comienzo no puedo ser más perfecto. Varios meses hablando en la distancia y por fin llegó el momento de conocerte en persona.
Siempre he pensado que los momentos especiales deben acompañarse de un buen vino caliente, porque tiene el mágico efecto de que el momento sea muy ameno.
Allí me encontraba contemplando tu piel morena, con tu encantadora sonrisa. Aquel vestido rojo con un sutil escote que me invitaba a querer descubrir tu cuerpo en plenitud.
Así transcurrió la noche contándonos momentos de nuestras vidas comunes y triviales, la luna como si supiera del deseo que tenia de hacerte mía, estaba más brillante que nunca.
Al salir del restaurante, mi mano se encontró con la tuya y con una mirada te invite a pasar la noche conmigo, con una mirada de aceptación te lleve a un lugar donde solo estuviéramos tu y yo.
Vendé tus ojos, y solo te pedí que te dejaras llevar, te recosté sobre la cama mientas mis manos acariciaban tu cuerpo sobre tu vestido, mis labios besaron los tuyos, el comienzo de una noche maravillosa.
Después de unos minutos te tome de la mano y ya en pie, deje caer tu vestido. Quedaste solo en ropa interior, un conjunto de encaje color rosa, quedó desvelado delante de mis ojos.
Te acostaste lentamente, me quede algunos segundos contemplando tu hermoso cuerpo tan sensual y femenino, la fragancia que emanaba simplemente me atrapo.
Tomé una rosa roja y la rocié de vino blanco, los pétalos acariciaron cada centímetro de tu cuerpo, mientras mis labios recorrían cada sendero que había dejado aquellos pétalos bañados de vino.
Mis labios volvieron a encontrarse con los tuyos, fui bajando hasta llegar a tus senos, mis labios se detuvieron para besarlos hasta quedar saciado, tus pezones mordí con tal sutileza que los movimientos de tu cuerpo me confirmaban que lo disfrutabas tanto como yo.
Seguí bajando por tu abdomen hasta llegar a tu zona v, me sumergí en un mar de infinito de placer, tus manos tomaban con fuerza las sabanas, nuestros cuerpos pedían a gritos la consumación de aquel momento.
Escucho la lluvia armonizar el compás de nuestros cuerpos, mis manos toman con fuerza tus caderas mientras mi boca besa tus senos, tus manos toman con fuerza mi pecho. El sonido que emiten nuestros cuerpos se entrelaza con aquella noche bañada por nuestro sudor y roció.
Te juraría que volvería a repetir esta noche, hasta que mis días aquí concluyan, besaría una y otra vez tus senos, tu abdomen., tu zona V, mordería tu cola mil veces. Y te haría mía cada noche.

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