Lincy Acosta

Colombiana

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Anonymous
Ago 24, 2018 08:03 AM 0 Answers
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Fue la mayor locura que hice en mi vida, pero no me arrepiento, y la seguimos haciendo.
tengo 35 años, madre soltera, vivo en España, pero soy colombiana, mi hijo tiene 17 años, muy buen hijo y cariñoso conmigo.
Todo esto empezó cuando Johan tenía 10 años, que nos bañábamos juntos, yo le pasaba la esponja con gell por todo el cuerpo, pero lo que mas le gustaba a él, era que le pase mis manos por su verguita, para lavársela, se reía mucho, y me gustaba como se le ponía dura, después era él, el que me pasaba la esponja a mi, me lavaba las tetas, la cuca, se reía mucho cuando su manita se le perdía entre mis nalgas cuando me lavaba la cola, me decía que tengo la cola muy grande, “hay mami, que grandes tienes la cola, se me desaparece la mano entre tus nalgas”, me decía riendo, salíamos de la ducha, yo lo secaba y siempre le daba un beso en su verguita mientras el jugaba con mis tetas.
Así fueron pasando los años, y Johan y yo siempre compartimos todo, cuando tendría unos 10 años, lo estaba secando, y le doy su beso en la verguita dura, que ya había crecido, me dice que le de mas besos ahí, que le gustan mucho, yo lo miré sonriendo, lo acosté boca arriba, y se la empecé a besar, le baje el prepucio, y vi la cabeza de su verguita bien lustrosa, y sin pensarlo la metí en mi boca y se la empecé a mamar, escuchando como mi hijo gemía, “hay que rico mami, como me gusta eso”, me decía mi hija, pasando su mano por mis tetas mientras yo le mamaba la verguita, “bueno, ya esta?”, le dije, “hay mami, sigue, siento algo raro en la barriga”, me dijo, y vi lo dura que seguía su verguita, me di cuenta que me había propasado, y ahora mi hijo estaba caliente, así que la volví a meter en la boca y se la seguí mamando, hasta que siento como le empieza a palpitar su verguita en mi boca y sus gemidos eran muy fuerte y le empezó a salir algo de su verguita, yo no se si a esa edad ya tienen leche o no, pero yo seguí hasta dejo de salir eso, y por supuesto, me lo trague.
Johan quedó medio dormido, y yo sentía mi cuca mojada, así que lo arrope bien en la cama, y me fui a mi dormitorio a masturbarme.
Yo ya trataba de no estar desnuda delante de mi hijo, me había dado cuenta que estaba creciendo, que no solo me miraba como su madre, sino como mujer.
Me pedía siempre que le vuelva a mamar su verguita, que le había gustado mucho, ese sensación que había sentido, cuando no se si se vino en mi boca, o lo que haya sido, fue maravillosa, ya casi no le dejaba que juegue con mis tetas como hacía antes, porque se le paraba enseguida, ni que me lave el cuerpo, ya que se le paraba y yo notaba como me mojaba también.
“mami, por que ya no estas mas desnuda cuando estoy yo?”, me preguntaba, “hay hijo, es que tú ya te estas haciendo hombre, y yo soy tu madre, y no esta bien que nos veamos desnudos”, le decía, “pero por que no, antes le dabas besos a mi pichila, jugabas con ella, yo jugaba con tus tetas, nos reíamos cuando te decía que tienes una cola enorme, y ahora, te siento que no me quieres”, me dijo, con los ojos llenos de lagrimas, “no mi vida, no me llore, usted sabe que su madre lo adora, y no lo quiere ver triste”, le dije, abrazando a mi hijo, y escuchando como moqueaba sus lagrimas, “entonces mami, vamos a estar como antes?”, me dijo, con sus ojitos, que me partieron el corazón, “si hijito, vamos a estar como antes”, le dije.
Terminamos de merendar y Johan se aparece desnudo, “vamos mami a la ducha?”, me dijo, yo lo miré y le dije que fuera él, que ya iba yo.
Mi hijo salió corriendo al baño, y yo no sabía que hacer, hasta que me decidí, me quité toda la ropa, y fui desnuda como siempre había estado delante de mi hijo, el grito de alegría y nos empezamos a duchar, sus manos me enjabonaban todo el cuerpo, casi grito de placer al sentir sus manos lavar mi cuca y mi cola, en el fondo me gustaba que mi hijo me acaricie mis partes íntimas, yo lo lavaba a él, hasta que como siempre su verguita, que ya no era tan verguita, se puso dura en mis manos, yo me arrodille frente a él, y le dije que juegue con mis tetas y metí su verga en mi boca, mientras el agua de la ducha caía sobre nosotros, yo le mamaba la verga a mi hijo, y muy disimulada, pase mi mano por entre mis piernas y me acariciaba la cuca, hasta que siento como mi hijo se viene en mi boca, esto ya si era leche, ya que había tragado muchas veces leche de verga, pero se la seguí mamando, estaba a punto de venirme yo también, sentir las manos de mi hijos sobando mis tetas, su verga en mi boca, el sabor de su leche en mi lengua, y mis dedos en mi clítoris, hizo que me venga con fuertes gemidos y retorciendo mi cuerpo de placer, “que tienes mami?”, me pregunto mi hijo al ver lo que había echo, “nada hijito, estoy bien”, le dije con la voz agitada, “me dejas jugar con tu cola mami?”, me dijo, mientras yo me seguía bañando, así que le di la espalda y deje que me manosee las nalgas, hasta que se me cae la esponja y cuando me agacho para recogerla, se me abren las nalgas y Johan con sus manos las abre mas “mami, que enorme es el agujero por donde te sale la caca”, me dijo mirando mi chiquito, que si, lo tengo realmente abierto, ya que lo que mas me gusta del sexo, es el anal, no se cuantos me han cogido por la cola, pero no fueron pocos.
“Hay, quieto, que preguntón es usted”, le dije, enderezando mi cuerpo y dejando que ya no me abra las nalgas.
Terminamos de bañarnos, nos secamos, y me dijo de ir a su habitación, se tendió sobre la cama y me pidió que le volviera a dar besos en la verga, “pero usted es insaciable”, le dije, agarrando su verga con mi mano y volviendo a meterla en mi boca, pero yo sentía su verga crecer en mi boca, lo miré, deje de mamarla y me subí sobre él, acomodando su verga contra mi cuca y me fui bajando, haciendo que su verga se meta en mi cuca y me cache, “esto le va a gustar mas”, le dije, moviendo mi cintura sobre mi hijo, con toda su verga dentro mio, “si mami, que caliente tienes tu cosa”, me dijo, con los ojos bien abiertos.
Aunque era la verga mas pequeña que me había metido en la cuca, me gustaba mas que todas las otras, me daba mucho morbo saber que estaba cachando con mi hijo, sus manos me apretaban las tetas mientras yo no dejaba de moverme, me movía casi desesperada, me parecía increíble, pero sentía que me venía, que explotaba en un tremendo orgasmo, me baje de encima de él y se la seguí mamando, hasta que siento como ahora era él el que se venía en mi boca.
Ahora mi hijo tiene 17 años, dormimos juntos, me ha cachado por el chiquito incontables veces, por la cuca, no se cuantas veces le he tragado su leche, desde aquella vez que habíamos hablado, cuando tenía 10 años, nunca mas volvimos a estar vestidos estando los dos solo en casa, me cogía en todos lados y por donde quería, “mami, tú eres mi madre?”, me preguntaba, sentado en el sillón, acariciando su verga, “en la calle si soy tu madre, en casa soy tu mujer, tu hembra, tu puta”, le decía caminando sensualmente, estrujando mis tetas, hasta llegar a su lado y le mamaba su verga mientras mi hijos me metía mano por todos lados, yo me sentaba sobre su verga y dejaba que mi hija me cache, que me de verga por donde él quiera, “pídeme la cola”, le decía moviendo mis caderas sobre su verga, gimiendo de como mi hijo me cogía, “date la vuelta puta que te voy a meter toda la verga por el chiquito”, me decía, dando fuertes palmadas en mis nalgas, y eso me encanta, le doy la espalda, me abro bien las nalgas, dejando que mi hijo me vea el chiquito, me siento sobre su verga, “quieres cola, he, me pedías cola, ahí tienes cola”, le decía, dando fuertes sentónes con mis nalgas abiertas sobre su verga, haciendo que me cache fuerte el chiquito, sintiendo como mis tetas suben y bajan a medida que yo me muevo, “mami, la amo”, siempre me dice mi hijo, “y yo hijito, lo amo”, le respondo, teniendo unos tremendos orgasmos.

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