Lincy Acosta

Intercambio de parejas con un dotado II

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Anonymous
Abr 16, 2020 03:31 AM 0 Answers
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Como el fin de semana los hijos de mi pareja iban a salir con su papá, acordamos la cita para el sábado a medio día en nuestra casa. Faltaba casi toda la semana. Yo no hacía otra cosa que pensar en el encuentro. Pasaba de los celos a la excitación, imaginándome esa vagina joven, la sensación de sus pelos en mi lengua, y esas tetitas pequeñas que iba a probar. Y después me figuraba a mi esposa, haciéndosele agua la boca cuando tuviese ese pene a centímetros de distancia de la cara, y casi podía escuchar sus gemidos al ser penetrada, y sentía más celos y más morbo. Y me imaginaba a esa niña y a mi mujer engolosinadas con ese glande, prestándome poca atención, y me masturbaba con más fuerza y más rabia en la ducha.

Llegó el día. Sentí el vértigo cuando nos llamaron de la recepción del edificio anunciando que ya estaban aquí. Y escalofrío en en estómago cuando entraron al departamento. Nos saludamos de besos en la cara. Mi señora, que parecía tranquila, les ofreció vino. Se sentaron juntos en el sofá y nosotros en los sillones. Nos emborrachamos rápido. Hablamos sobre nuestras relaciones. Nos contaron de las veces en las que habían participado en tríos. Se veían tan jóvenes, y me tenían intimidado, casi descompuesto, con la mente en blanco cuando se empezaron a besar de manera muy caliente. Mi mujer y yo mirándolos fijo, y él desvistiendo a esa niña preciosa. Mi esposa tocándose por debajo de la falda. Y él, ya sin polera, que toma a la niña ya desnuda y la conduce hacia mí. La niña encima mío, sacándome la polera y mordiéndome el pecho, y yo pasmado, con miedo de eyacular a pesar de que nunca he sido precoz. Noto que él ya tiene a mi mujer completamente desnuda. Me ofende su falta de delicadeza, pero a ellas parece no importarle. La niña me abre el cierre del pantalón, me baja los boxers y se empieza a meter mi pene en la boca. Es una mamada suave, digna de su apariencia tierna. Y miro a mi mujer, a ver qué está haciendo, y llega el momento más esperado. Está sacándole el cinturón, abriendo el cierre, baja la ropa interior y se asoma de golpe, con fuerza, el protagonista de este encuentro. Ella lo masturba lento y con las dos manos, como mostrándole respeto. La niña se pone a succionar con fuerza. Le digo que si sigue haciendo eso voy a eyacular. Se saca mi pene de la boca. Veo como está empapado de sus babas. Déjame chupar a mí, le digo. Me paro, la siento en el sillón y le abro la piernas. Sé que soy bueno masturbando y haciendo sexo oral. logro sacarle un orgasmo. Mientras tanto, a mis espaldas mi señora gime a gritos y él también jadea fuerte. No es de los que lo hacen callado. No quiero mirar. Refugio mi cara entre las piernas de esta niña. Con una mano gatillo, con la lengua le sobo el clítoris y con la otra mano le toco los pezones. Le saco otro orgasmo. Me empapan sus fluidos y los gritos de mi esposa. Y no aguanto más, me doy vuelta de golpe y la veo en el piso, boca arriba, con las piernas encima de los hombros de él, que la penetra con fuerza, pero suave. Me pongo de pie, ya más relajado. Beso a la niña en la boca y camino en dirección a la pareja en el piso, que fornican como si hubiesen sido hechos
el uno para el otro.

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