Esta noche como otras noches, el recuerdo de su sexo salvaje, caliente, y atrevido ha vuelto a revivirse en cada parte de mi cuerpo. El calor de su piel, su sudor, su respiración agitada en mi cuello y su voz etérea en mi oído diciéndome que soy su puta favorita, lo más rico que se ha comido... me hace sentir un calor y un deseo inexplicable de volver a estar con él. Mi cuerpo lo pide a gritos, mi vagina y mi culo ansían ese encuentro con él, mi boca y mi garganta piden a gritos esa verga... sentir la punta de esa verga abriendo mi vagina, llenándola con su delicioso calor, poder sentir esas contracciones deliciosas que me vuelven loca... o quizás recordar el delicioso sabor de su verga. Cuando llegaba a mi casa, apenas y podía abrir la puerta para que entráramos y el ya me tenia contra la pared, besándome por todas partes, tocando con sus suaves manos mis piernas, mi vagina súper mojada de tenerlo ahí conmigo, mi culo, mis senos y cómo luego colocaba sus manos en mis hombros y me hacia bajar hasta su verga, la sacaba dura y muy caliente de su pantalón y me la metía en mi boca hasta el fondo hasta llegar a mi garganta y sentir como me cortaba la respiración cada vez que me tragaba, literalmente, esa verga. Me encantaba sentir como sus bolas comenzaban a chocar contra mi mentón y ese delicioso sabor de su semen que comenzaba a sentir en mi lengua.

Han pasado muchas cosas desde la ultima vez que nos vimos, pero aún así, mi cuerpo no deja de pedirlo, quiero tenerlo aquí en mi cama, cómo si fuese mi esclavo sexual y yo, su puta favorita...